lunes, 25 de junio de 2018

Los estragos de nuestra inconsciencia.




Hace algunos ayeres, caminando a orilla de la playa, un viejo abuelo, acompañado de sus nietas y un nieto avanzaban hacia el oriente, como buscando el lugar donde nace el Sol, con los primeros rayos del día, la conversación se volvía cada vez más interesante.
Observaban cómo las olas del mar iban y venían en su rutinario vaivén, saltaban cada vez que el agua les llegaba a los pies, como queriendo evitar que los mojara, pero esto no era posible, y todos reían al saltar sin conseguir que la espuma los rodeara.
En ese trayecto, que diariamente realizaban, surgían algunas dudas como la siguiente: ¿Por qué el agua parecía tener un color distinto en ciertas partes de la playa?; ¿Qué era lo que provocaba que hubiera peces muertos en la playa?; ¿Por qué había tantas botellas de plástico ensuciando la playa?
El viejo abuelo les respondía, dando una serie de explicaciones a los niños, para hacerlos comprender las causas y consecuencias de aquello que los niños observaban.
Explicaba que el agua adquiere una tonalidad diferente en ciertas partes de la playa, debido a que en esa sección existen algunas industrias que arrojan desechos químicos al drenaje, el cual termina en el mar. Cuando las fábricas o pescaderías que se localizan en lugares cercanos a la playa no realizan el tratamiento de las aguas residuales que expulsan de sus instalaciones, éstas caen a los canales de drenaje y vienen terminando en el agua de los mares, provocando con ello una grave contaminación, ya que el agua sucia que cae al mar le da una apariencia o color diferente al que naturalmente le corresponde.
La nieta mayor, que ya asiste a la escuela y ha escuchado estas explicaciones de parte de sus maestros, le comenta a su abuelo que, en la clase de Biología, han comentado acerca de este fenómeno, pero no lo había podido constatar en vivo, como ahora lo estaba haciendo al acompañar a su abuelo en este recorrido.
A la vez, el abuelo aprovecha para explicar el motivo por el cual haya tantos peces muertos a la orilla del mar.
Le comenta a sus nietos que cuando los residuos líquidos y sólidos que arrojan al mar, inevitablemente tienen contacto con los peces y la flora marina, los cuales no están acostumbrados a convivir con sustancias tóxicas o químicos altamente contaminantes y les hace un daño muy importante, causándoles graves consecuencias, incluso hasta la muerte.
La flora marina, al recibir dichos elementos contaminantes, se va perdiendo lentamente, y los peces que se alimentan de esa flora, lamentablemente mueren y se desencadena una serie de efectos dañinos para la salud, tanto de los peces como para propia flora del mar, como consecuencia vemos entonces que amplios cardúmenes pierden la vida por esa causa.
Los niños, asombrados por lo que el abuelo les comenta, inmediatamente reaccionan y preguntan: abuelo, ¿qué podemos hacer para que esto no suceda?
A lo que el abuelo responde en automático, hijos: debemos crear consciencia en todos los seres humanos de la gravedad de este problema, ya que estamos atentando contra nuestra propia vida. ¿Qué va a suceder cuando empiece a terminar la producción de peces para el consumo de la humanidad? Sin duda habrá crisis alimentaria porque una gran parte de la población mundial consume productos del mar para su subsistencia, las grandes poblaciones que se asentaron a la orilla del mar dependen de la actividad marítima; pero si estamos dañando el ecosistema pronto estaremos pagando las consecuencias de esta atrocidad.
Sería fantástico, así como en la escuela se habla del tema, también entre los industriales se hiciera consciencia para prevenir el daño que estamos ocasionando.
Dentro de las actividades que cotidianamente realizamos, está la de consumir productos envasados en plástico, llámese bolsas, botellas, prendas de vestir, zapatos, etc., inconscientemente, cuando el material plástico termina de ser utilizado, en forma  automática, lo lanzamos a la calle, ni siquiera buscamos un lugar propio para que sea reciclado, no nos interesa y queda a expensas del viento o de la lluvia que va a arrastrar estos desechos a las cuencas, donde finalmente van a dar y más tarde por efecto de las corrientes pluviales llegará, tarde o temprano al mar.
Esto se trata de evitar que todos esos objetos vayan a dar al mar, debemos hacer campañas, labores de limpieza, reciclar estos productos que tanto daño causan a los ecosistemas marinos.
Para esto, los niños durante su recorrido han ido encontrando respuestas a sus interrogantes, empezando a ser conscientes de su participación para evitar hacer más daño al mar.
El abuelo, dirigiéndose a los pequeños les hace una propuesta: _ hijos, ¿cuándo empezamos a ayudar para evitar la mortandad de peces, para que las playas estén limpias, para que el agua siempre se vea azul, limpia, que tenga su color natural?, a lo que inmediatamente respondieron: _ abuelo, ya empezamos, mientras tú nos venido explicando, nosotros hemos estado recogiendo bolsas, botellas y las hemos dejado en un lugar donde habrá de recogerlos un grupo de personas ecologistas que están dispuestos a salvar al mar.
Empezaban ya a calentar los rayos del sol, tenían hambre y decidieron emprender la caminata para retornar a casa, sus huellas habían desaparecido, ya el oleaje había aumentado y el agua rebasaba el sendero por donde habían transitado.
El corazón de los niños estaba rebozando de alegría, habían podido conversar con su abuelo de algo que nos debe preocupar a todos; llevaban muchas cosas qué contar con sus amigos, pensando en crear consciencia entre sus amistades para ayudar a proteger los ecosistemas marinos, para que en cada lugar donde se realicen actividades humanas, exista la idea de proteger la vida.
Al tiempo que el nieto más pequeño, llevaba entre sus manos y en las bolsas del pantaloncillo una serie de conchas y piedras que había encontrado en su recorrido, quien al ser cuestionado por qué las había levantado, éste respondió: _ las voy a guardar en mi casa para que no se acaben, para que cuando terminemos de limpiar las playas y arena del mar las regrese para que vivan felices y no se terminen nunca.
Todos rieron al unísono, al mismo tiempo que lo felicitaron porque había pensado también en una forma de proteger la belleza del mar.
Mientras iban llegando a casa, el olor a tortillas y pescado frito hacía que apresuraran el paso, ya que las tripas gruñían con más intensidad, la hora del desayuno había llegado.
Si queremos un mundo mejor, debemos crear consciencia, ser responsables, convertirnos en promotores de la vida y activar brigadas para llevar mensajes a toda la población para rescatar nuestros mares.
Gracias por contribuir al cuidado de nuestros mares.

miércoles, 9 de mayo de 2018

Tradiciones del Soconusco

En un esfuerzo por contribuir a la difusión de las tradiciones y costumbres de la región del Soconusco, he decidido enviar información de lo que todavía permanece en los pueblos de esta rica zona del estado de Chiapas,
En primer lugar les comento que la Región del Soconusco se encuentra en la parte sur de nuestro Estado de Chiapas, limita con la frontera de Guatemala y se caracteriza por su su exuberante vegetación y lluvias intensas durante la mayor parte del año.
Produce una gran variedad de alimentos, frutas y ganadería, destacando la producción de café que es de alta calidad.
Dada la antigüedad de sus asentamientos humanos, prevalecen las costumbres y tradiciones de la cultura maya, particularmente la zona izapense.
Una de tantas tradiciones que se conservan en Tuxtla Chico, que es parte del Soconusco, es la celebración de San Pedro Mártir, la cual se practica en el mes de abril, 28 y 29 de cada año.
Esta celebración data de más de trescientos años y aún sigue latente.
Se trata de una organización de hombres de a caballo, que organizados en una cofradía, cada año realizan rituales pagano-religiosas, donde se involucra al viejo o chamán, quien preside dichos actos.
Son alrededor de 180 jinetes que también son llamados correlones, quienes participan en estas actividades por una manda que habrán de cumplir religiosamente para poder ser protagonistas de dichas actividades.
Se trata de cuatro semanas previas a los festejos principales (28 y 29 de abril) donde cada fin de semana deberán cumplir con las obligaciones que establece el ritual. En estos se quema incienzo, copal, estoraque y se tocan los tambores y chirirmías.
Los tambores están elaborados rústicamente de troncos de árboles que han sido tallado y se complementan con cueros para que suenen de forma especial; así también el sonido de la chirimía que semeja un lamento, el cual es la expresión del dolor de los aborígenes por la barbarie de la conquista.
Durante los días principales, los correlones realizan cabalgatas en una zona específica de Tuxtla Chico, donde efectúan un recorrido llamado caracol, que consiste en cabalgar alrededor de una manzana de dicha zona y posteriormente hacen un caracol en cada esquina de la ya mencionada manzana para purificar sus cuerpos y pedir por la salud y buenas cosechas.
Mención especial merecen los negritos; se trata de niños y adolescentes que por distintas causas: salud, enfermedad, sanidad, estudios, etc., se pintan la cara con carbón para simular a personajes llamados "negritos", quienes se encargan de vigilar que los visitantes no se atraviesen durante la carrera de los caballos, ya que es muy peligroso hacerlo.
Posteriormente se colocan en el extremo de una calle, exprofeso construida con empedrado, para facilitar la carrera de los caballos que cruzan veloces hasta el sitio donde están colgados unos patos, a los cuales les jalan el pescuezo hasta arrancarlo en el trayecto de tantas veces que son jalados.
Este momento es parte de un ritual, ya que el sacrificio de los animales es una ofrenda que hacen a sus santos y dioses aborígenes. 
Durante el día 29 de abril, se continúa con las actividades antes descritas y se añade algo epecial,  los correlones efectúan un simulacro de enfrentamiento entre dos grupos: unos que van encabezados por la bandera amarilla y otros por la bandera roja, cada uno dirigidos por su capitán. Éstos grupos representan a los conquistadores vs los aborígenes, quienes llevan a efecto una guerra con proyectiles, que no son más que dulces y panes, que envuelven en bolsas de plástico y en un enfrentamiento se los lanzan y el que logra dominar en este duelo es el ganador de la batalla.
Los animales sacrificados se utilizan para preparar comida de mole y tamales que reparten entre los participantes.
Existe un lugar donde se encuentra colocado el Santo de su devoción Sr, San Marcos, es una casa donde colocan un altar a donde van a bendecir a los animales sacrificados y a los parfticipantes.









esta es una de las tradiciones más arraigadas en el pueblo de Tuxtla Chico, ya que participa con mucho fervor la población en general.
Redacción de Belisario González López.
Mayo de 2018.